Dos semillas están juntas en la tierra sembradas. La primera semilla dijo:
-¡Quiero crecer!, quiero que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que mis retoños rompan la corteza de la tierra que tengo arriba....
-Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la llagada de la primavera...
-Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal en mis pétalos!
-Y entonces creció".
LA segunda semilla dijo.
-Tengo miedo. Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la oscuridad.
-Si me abro camino a través del suelo duro por sobre mí puedo dañar mis delicados retoños...¿ y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata de comerlos? Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque del suelo. No, me conviene esperar hasta que sea seguro.
-Y entonces esperó".
Un ave que andaba dando vueltas por el lugar en busca de comida, encontró a la semilla que esperaba y enseguida se la tragó.
Autor Desconocido.
1 comentario:
Que bueno y que reflexión debemos de sacar de ello
En la vida debemos siempre caminar ,a veces parar para recapacitar pero nunca escondernos a esperar
Gracias por compartir amiga
Tienes un blog bello
Con cariño Victoria
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